seguidores♥

29 marzo 2018

A parte te

A veces me acuerdo de ti.

Y lo digo con cuidado y bajito como si tuviera control sobre ello, como si tuviera que avergonzarme.  Pues sí, a veces me acuerdo de ti. Y vienes y te quedas a charlar conmigo, te paseas por mi cabeza como si todo fuera nuevo, como si lo que te has perdido llevaras tiempo deseando verlo.  Y después te vas, y todo está bien. Eres una visita agradable después de todo.

Kundera escribió que nadie puede ir en contra de los sentimientos, ahí están y escapan a cualquier censura, que uno puede reprocharse tal acto, tal palabra pronunciada, pero no puede reprocharse un sentimiento simplemente porque no tiene poder alguno sobre él. Es curioso porque Milán hablaba sobre la identidad de cada persona.

La idea principal se basa en el sencillo acto de aceptar que es posible echar de menos a alguien y que eso no cambie las cosas. Que si por un casual yo también me paseo por tu mente alguna vez, tengamos la suerte de coincidir. Y eso no como un acto desesperado, sino como un suspiro cálido de honestidad y franqueza. Una fracción de segundo, una sutil coincidencia a mitad de camino del tiempo sin hablarnos y de todo lo que dijimos. Y que eso baste para hacer justicia.

A veces me acuerdo de ti y me alegro.
Porque ahora, cada vez que llegas, me doy cuenta menos de las veces que te vas.